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Os acordáis de esta tarta? Es la de la mascota de clase que le hice a mi hijo, es un duende y se llama Niko, incluso la familia pasó un fin de semana con él y le llevamos al zoo y al parque y desayunó churros.
La historia del porque de esta tarta ya os la he contado, fue la fiesta de fin de curso de mi hijo pequeño. Fue un reto porque uno de los niños es alérgico al huevo y a la leche así que tuve que buscar una receta sin ellos, la encontré en el blog de Alma Obregón: objetivo: cupcake perfecto, la probé una vez en unos cupcakes para mi sobrino que también es alérgico y estaban buenísimos así que me arriesgué con la tarta, lo único que noté es que no sube tanto pero por lo demás... estupenda!!! y bien ligada.
El dibujo de Niko lo hice a mano alzada y recorté la plantilla con foam, las estrellas con cortadores y con esos colores me pareció que el fondo azul claro era el que mejor iba a quedar aunque también estuve barajando el verde.
Lo mejor de todo fue cuando llegué con la tarta, todos los niños le reconocieron y se tiraron a ella para comérsela a puñados, fue muy divertido verles. Y cuando la madre de Gonzalo me dijo: que bien que sea sin huevo porque si no la puede probar seguro que le da algo. Y se comió algo mas que un trozo.
Realmente no me da pena que corten las tartas después de todo el trabajo que dan, me da pena que no se la coman.